Me gusta ir tanto solo como acompañado a los conciertos. Dependiendo del artista y del local, incluso preferiré una u otra opción. Como dice Maese, la compañía tiene más importancia durante el pre- y el post-. Una vez iniciado el concierto, solo eres tú y la gente que está sobre el escenario. Nadie más. Es como el cine: lo que tengas que comentar, ya lo harás después, o al menos durante una pausa larga entre canciones.

No me gustan los estadios. He ido a muy pocos conciertos celebrados en sitios más grandes que un palacio de deportes porque hay demasiados factores que me disgustan (sonido, precio de las entradas, marabunta...). De hecho, no he visto nunca en directo a los Rolling Stones por esta razón. Ahora me arrepiento un poco de no haber ido, sobre todo durante la gira del Bridges to Babylon, que es cuando estuve dudando más. Pero lo pasado, pasado.

Gradas no. Solo cuando te las han asignado por entrada y no hay más remedio. Exceptuando las óperas, los conciertos tienen que vivirse de pie. Siempre me ha dado la sensación que ver un concierto sentado es como claudicar, como si se perdiera algo de actitud rockera.

Prefiero ser puntual en los conciertos y suelo ver a los teloneros. Es cuando acostumbro a beber, sobre todo si los teloneros son malos. Cuando el concierto "grande" comienza, ni beber ni comer. Creo que solo he comido algo en un concierto durante algún festival y con un grupo sobre el escenario que no me importaba mucho.

Para ubicarme en el recinto también hay varios factores que hay que tener en cuenta. Si es un concierto "intimista" en un local diminuto, intento ponerme en primera fila, para lo que no suele haber problema. Para conciertos más grandes, me pongo algo más atrás, entre la cuarta y la octava, aproximadamente. Normalmente allí se oye mejor. Hay locales, como el Bikini en Barcelona, que se oye fatal en las primeras filas y es mejor ponerse un poco más atrás y hacia un lateral.

Me gusta que la gente coree un tema, sobre todo si solo se limita al estribillo. Es lo que yo hago puntualmente. Puede ser muy emocionante. Lo que ya me jode más es tener a un tío al lado que cante continuamente todos y cada uno de los temas a pleno pulmón y en modo karaoke. Está en su derecho de hacerlo, por supuesto, por eso el que se cambia de sitio soy yo.

Antes me metía en los pogos sin ningún problema. Ahora ya solo puntualmente, más como recuerdo de otros tiempos que otra cosa. Sí, con la edad, mi actitud ha cambiado en los conciertos.

En cuanto a los malos rollos, suelo ser bastante pacífico en los conciertos. La única vez que he estado a punto de pegarle a alguien fue a un amigo mío que no se callaba ni debajo del agua durante un concierto de Arthur Lee. Se lo advertí y, como continuaba con su verborrea, al final no llegué a las manos y me cambié de sitio. Íbamos cuatro y los otros dos me siguieron cuando me cambié de lugar.

Joder, qué largo me ha salido.

pilgrim escribió:

Me gusta ir tanto solo como acompañado a los conciertos. Dependiendo del artista y del local, incluso preferiré una u otra opción. Como dice Maese, la compañía tiene más importancia durante el pre- y el post-. Una vez iniciado el concierto, solo eres tú y la gente que está sobre el escenario. Nadie más. Es como el cine: lo que tengas que comentar, ya lo harás después, o al menos durante una pausa larga entre canciones.

No me gustan los estadios. He ido a muy pocos conciertos celebrados en sitios más grandes que un palacio de deportes porque hay demasiados factores que me disgustan (sonido, precio de las entradas, marabunta...). De hecho, no he visto nunca en directo a los Rolling Stones por esta razón. Ahora me arrepiento un poco de no haber ido, sobre todo durante la gira del Bridges to Babylon, que es cuando estuve dudando más. Pero lo pasado, pasado.

Gradas no. Solo cuando te las han asignado por entrada y no hay más remedio. Exceptuando las óperas, los conciertos tienen que vivirse de pie. Siempre me ha dado la sensación que ver un concierto sentado es como claudicar, como si se perdiera algo de actitud rockera.

Prefiero ser puntual en los conciertos y suelo ver a los teloneros. Es cuando acostumbro a beber, sobre todo si los teloneros son malos. Cuando el concierto "grande" comienza, ni beber ni comer. Creo que solo he comido algo en un concierto durante algún festival y con un grupo sobre el escenario que no me importaba mucho.

Para ubicarme en el recinto también hay varios factores que hay que tener en cuenta. Si es un concierto "intimista" en un local diminuto, intento ponerme en primera fila, para lo que no suele haber problema. Para conciertos más grandes, me pongo algo más atrás, entre la cuarta y la octava, aproximadamente. Normalmente allí se oye mejor. Hay locales, como el Bikini en Barcelona, que se oye fatal en las primeras filas y es mejor ponerse un poco más atrás y hacia un lateral.

Me gusta que la gente coree un tema, sobre todo si solo se limita al estribillo. Es lo que yo hago puntualmente. Puede ser muy emocionante. Lo que ya me jode más es tener a un tío al lado que cante continuamente todos y cada uno de los temas a pleno pulmón y en modo karaoke. Está en su derecho de hacerlo, por supuesto, por eso el que se cambia de sitio soy yo.

Antes me metía en los pogos sin ningún problema. Ahora ya solo puntualmente, más como recuerdo de otros tiempos que otra cosa. Sí, con la edad, mi actitud ha cambiado en los conciertos.

En cuanto a los malos rollos, suelo ser bastante pacífico en los conciertos. La única vez que he estado a punto de pegarle a alguien fue a un amigo mío que no se callaba ni debajo del agua durante un concierto de Arthur Lee. Se lo advertí y, como continuaba con su verborrea, al final no llegué a las manos y me cambié de sitio. Íbamos cuatro y los otros dos me siguieron cuando me cambié de lugar.

Joder, menos mal que era un amigo...
En los conciertos de Arthur Lee había que venir ya hablado de casa, hombre.

Joder, vaya preguntita... nunca me había parado a pensar en ello. Yo prefiero ir bien acompañado, pero no me importa ir solo. Me pongo en el mejor sitio que pueda encontrar, improviso dependiendo de la cantidad de gente, la sala, la acústica, el artista, el ánimo...a veces de pie, otras sentado...cada concierto es un mundo. Lo que odio es que me den la brasa durante el show. Recuerdo que la primera vez que vi a Lou Reed un colega me arruinó la noche haciendo comentarios despectivos hacia su persona cada 2x3. Realmente me cabreó, además Lou Reed era (y lo sigue siendo) uno de mis artistas más queridos. No me importa algún comentario breve (por ejemplo, "voy a la barra, te apetece que te traiga una cerveza" ), pero los análisis del concierto que sean después del show, por favor.

Yo el tema de ver los conciertos en las gradas ya no lo veo pecadorrr de la pradera. Antaño si, lo veía como joder, ¿pagas por ver a un grupo y te sientas como si estuvieses viendo un video? Pero conforme me voy haciendo mayor, cada vez tolero menos las concentraciones humanas, los empujones y demás, de modo que escoger un graderío bajo y cercano al escenario es una puta pasada si sabes encontrar el lugar. Así vi hace 5 años a Saxon, Motörhead y Judas Priest y lo disfruté un montón.

Popuhead escribió:

Yo el tema de ver los conciertos en las gradas ya no lo veo pecadorrr de la pradera. Antaño si, lo veía como joder, ¿pagas por ver a un grupo y te sientas como si estuvieses viendo un video? Pero conforme me voy haciendo mayor, cada vez tolero menos las concentraciones humanas, los empujones y demás, de modo que escoger un graderío bajo y cercano al escenario es una puta pasada si sabes encontrar el lugar. Así vi hace 5 años a Saxon, Motörhead y Judas Priest y lo disfruté un montón.

En este caso la mía es una opinión muy subjetiva, claro. Pero es que cuando voy a una sala que todo son butacas me da la sensación de que está todo tan alineado y bien puesto que se pierde la naturalidad. Y esto es extensible a las gradas. Es como comparar las hordas de Atila con las legiones romanas. Naturalmente el orden romano tiene muchas virtudes, pero aunque sea en el contexto de los conciertos prefiero un (ilusorio) ambiente de caos revolucionario.

Puede que con la edad esto cambie, pero hoy por hoy, no.

pilgrim escribió:

Popuhead escribió:

Yo el tema de ver los conciertos en las gradas ya no lo veo pecadorrr de la pradera. Antaño si, lo veía como joder, ¿pagas por ver a un grupo y te sientas como si estuvieses viendo un video? Pero conforme me voy haciendo mayor, cada vez tolero menos las concentraciones humanas, los empujones y demás, de modo que escoger un graderío bajo y cercano al escenario es una puta pasada si sabes encontrar el lugar. Así vi hace 5 años a Saxon, Motörhead y Judas Priest y lo disfruté un montón.

En este caso la mía es una opinión muy subjetiva, claro. Pero es que cuando voy a una sala que todo son butacas me da la sensación de que está todo tan alineado y bien puesto que se pierde la naturalidad. Y esto es extensible a las gradas. Es como comparar las hordas de Atila con las legiones romanas. Naturalmente el orden romano tiene muchas virtudes, pero aunque sea en el contexto de los conciertos prefiero un (ilusorio) ambiente de caos revolucionario.

Puede que con la edad esto cambie, pero hoy por hoy, no.

Bueno, hay gente que con 50 años sigue en primera fila, eso tiene mucho que ver con la persona. Yo siempre he sido un tio tranquilo aunque antes tenía más energía, claro. Nunca he soportado las concentraciones humanas y ahora menos, de modo que si puedo ver un concierto sin ser aplastado, lo haré. Si es una sala, obviamente procuro estar cerca del escenario pero como comenta gente por aquí, en un rinconcito fuera de las apreturas y cerca de la salida por si hay que salir por patas, siempre me han dado mal rollo las salas petadas de gente. Y otras veces según me da termino dando botes y coreando cual poseso, aunque esas son ya las menos.