Una de estas pelis que pasa desapercibida, pero que una vez vista es fácil repetir. De hecho, hace pocos meses que la vi, y ayer caí de nuevo.
Una familia white trash compuesta por una adolescente, dos niños pequeños y la madre con demencia, ve aumentar sus problemas cuando el padre de la prota, cocinero de crack, es excarcelado por el pago de una fianza, que él ha avalado con la casa familiar. Al no presentarse en el juicio, la amenaza de quedarse en la calle pende sobre la familia. Para evitarlo, la chavala tiene que encontrar al fulano o probar que está muerto y tirado en alguna parte.
El ambiente está conseguidísimo, la pandilla de desharrapados que da vida al film, parece que han nacido en caravanas realmente. Dientes sucios, uñas sucias y el pelo hecho una guarrada... ¡así tiene que ser! La trama es potente y dura, de estas que te hacen pensar que quizá no nos va tan mal, y en el fondo subyace la extrema lealtad, los lazos de sangre y el apoyo mutuo a unos niveles comparables a los de El Padrino.
La música también es brutal. Gran peli en mi opinión.